El día 6 de septiembre se
inauguró una instalación que revoca la arquitectura clásica desde el presente en
Le Bon Marché Rive Gauche de Paris. Fascinada por su grandeza, complejidad y
atractivo me pregunté quién era el creador de tan complejo arte: Edoardo
Tresoldi.
Según la lista Forbes de enero de
2017, Tresoldi está considerado como uno de los 30 artistas menores de 30 años
más influyentes de Europa. Nacido en Milán tuvo contacto con el arte desde muy
joven, ya con nueve años le guiaba el artista Mario Straforini. En 2009, al
mudarse a Roma, tuvo contacto con muy diferentes aspectos del arte (cine, escenografía, música y escultura) lo
que le permite tener una mente muy abierta y ser consciente de todas las
posibilidades a la hora de crear.
Su obra se basa en el juego con
la trasparencia que le aporta la malla metálica y con los materiales
industriales que hace que lleve los conceptos de tiempo y espacio hacia otra
nueva visión con la que es capaz de crear un dialogo entre el arte y el mundo.
Mezcla el lenguaje clásico (por lo motivos de sus esculturas) con uno más
moderno al emplear materiales actuales dando lugar a un arte o lenguaje
completamente contemporáneo. Además el tamaño de sus esculturas, en las que
predomina el colosalismo, hace posible la unión del espacio con la escultura y la vivencia directa del espectador con la obra
que puede introducirse en ella.
AURA
Es una instalación visitable hasta el 22 de octubre en Le Bon
Marché Rive Gauche de París, edificio del cual hablaremos más adelante para
entender la relación de las piezas en ese ambiente. Nace de la inspiración del
Neoclasicismo y el Renacimiento italiano intentando ser una reflexión del paso
del tiempo y de la trasformación de la materia, creando un viaje entre las
formas clásicas hasta un contexto contemporáneo. Aprovechándose de la forma y
la anti-forma estas ruinas creadas son representantes de lo que Walter Benjamin
define como Aura: Una trama particular de espacio y tiempo: la aparición
irrepetible de una lejanía por cercana que ésta pueda hallarse.
La instalación en sí consta de
dos cúpulas iguales que varían en su material de construcción: una realizada
con su característica malla metálica y la otra a base de planchas de metal
(material que incorpora en sus trabajos por primera vez). Las estructuras de
ocho metros de altura están suspendidas desde los majestuosos techos de cristal
del edificio que las contiene.
Aunque tienen la misma forma sus
características físicas son diferentes y por ello cada una tiene una reflexión
personal. La primera hace referencia al alma de la forma, la dimensión etérea
de otro mundo. La ligereza y la trasparencia evocan a la ausencia y llama al
espiritualismo de la nada y la nostalgia de lo que ya fue. La segunda por su
parte representa la parte abandonada de un lugar que fue casa de una vida, una
concha vacia testigo de una vida nacida en ella, antes de que pasara el tiempo
y se la llevara con él. Es una referencia a la dimensión terrenal y como el
tempo pasa por ella. En ella aparece la erosión causada por los eventos y
representa la vuelta de la arquitectura a la naturaleza.
Edoardo Tresoldi define a estas
piezas y su situación en ese espacio concreto “como reliquias expuestas del
siglo XVIII en el museo de historia natural. Observándolas, los visitantes se
remontan a la historicidad de la arquitectura a través de sus componentes.”
LE BON MARCHE RIVE GAUCHE:
Le Bon Marche, situado en el
barrio de Saint-Germain-des-Prés, fue creado en 1852 siendo el primer gran
almacén abierto en Paris. Surgió de la mano de Aristide y Marguerite Bouciaut
quienes querían crear “un nuevo tipo de tienda que emocionara todos los
sentidos”. El arquitecto Louis-Charles Boileau y el ingeniero Gustave Eiffel
(quien diseñó los techos de vidrio donde ahora cuelgan las estructuras de
Tresoldi) combinaron lo poco común con la elegancia dando lugar a un espacio
singular inspirado por la vitalidad de Rive Gauche (zona parisina que engloba
varios y donde se sitúa este mercado).
Se trata de unos almacenes de alta gama donde
encontrar las mejores marcas y calidades en moda, accesorios y mobiliario así
como una gran muestra de arte. Ese carácter artístico se agrava con la
exposición de arte situada a lo largo de todo el establecimiento con más de 80
piezas. Esta colección da la oportunidad de tener una experiencia enriquecedora
a la hora de ir de compras y te hace estar más cerca del arte normalmente
reservado para museos.
Además de estas muestras,
diferentes artistas como Tadado Ando, Ai Weiwei o Chiharu Shiota han tomado
parte en incrementar el carácter artístico con diferentes trabajos. Entre ellos
entra nuestro Edoardo Tresoldi a quien entusiasma este proyecto por el hecho de
no realizarlo en un lugar convencional o más destinado a ello, sino que es un lugar
de uso cotidiano que no está creado para sostener instalaciones artísticas.
OTRAS INSTALACIONES:
Il Collezionista di Venti:
Instalación permanente situada en mirando al mar en Pizzo, Italia.
Pueblo: Instalación temporal
situada en Siena, Italia, para la muestra de arte contemporánea intinerante “Inchiostro
depARTure” que se realizó en la ciudad en 2015. Se trata de una serie de
grandes pilares de malla metálica que en su zona alta toman forma de rostros
queriendo crear un vínculo entre individuo y arquitectura.
Basilica de Siponto: Instalación
permanente realizada el complejo arqueológico de Siponto en Manfredonia,
Italia. Se trata de una reconstrucción de la basílica paleocristiana que en un
tiempo ocupó ese lugar. Esta vez, eso sí, no se emplea la piedra característica
del lugar sino la malla que tanto gusta a Edoardo, creando así la arquitectura
pero percibiendo el paso del tiempo que se ven en los restos arqueológicos.
Publicado por: Nerea Illana Diez
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