Un barco atacado por un gran Kraken se hunde en las profundidades del océano en los alrededores de las Islas Vírgenes. Lo que parece sacado de una película de Piratas del Caribe, es totalmente realidad si nos hundimos en las costa, eso sí este monstruo marino está hecho de acero y malla metálica. El empresario Richard Branson ha intervenido en el hundimiento de un de los últimos barcos restantes que participaron en la batalla de Pearl Harbor pero desde un punto de vista artístico y ecologista.
Richard Branson es un reconocidísimo empresario que bajo la marca Virgin Group cuenta con unas 360 empresas. Gran emprendedor desde muy joven es uno de los hombres más ricos de Reino Unido y del mundo. Por ello, por su carácter y por haber participado ya en otros proyectos sin ánimo de lucro, acepto comprar el hundimiento de este gran buque cuando un exempleado, el fotógrafo Owen Buggy, le presentó la idea. La idea de realizar una restauración artística para crear un nuevo arrecife de coral. Para poder realizarla se unieron con Unite BVI, una fundación de las Islas Vírgenes Británicas sin ánimo de lucro que se encargan de solucionar más urgentes de estas islas, y el grupo sin ánimo de lucro de la educación oceánica, creando entre todos el proyecto BVI Art Reef.
Este proyecto se basa en crear una instalación de arte ecológica que ayude no solo a reavivar el hábitat marino de la zona, sino también a la economía y desarrollo de las gentes de las islas. Como alma base de la instalación el magnate británico compró la Reina Kodiak, uno de los últimos bombarderos de la II Guerra Mundial que estaba destinado a ser demolido. Se tuvieron que realizar labores de limpieza y de desinfección en él para evitar efectos nocivos en la naturaleza que lo rodearía. Además, ya que el proyecto se inicia como una obra artística, se construye sobre la proa y el centro del barco una gran estructura de acero y malla metálica en forma de kraken, con el peso suficiente para que hundiera el barco al soltarlo en el mar. Para su realización se necesitaron nueve meses y la colaboración del grupo artístico Secret Samurais.
La pieza está pensada para que al pasar varios meses la vida marina vaya aflorando y afincándose en toda su estructura, de forma que ese cree un nuevo ecosistema de coral que ayude a la conservación de la vida marina. Además, se crea de manera que los buceadores puedan introducirse en ella y explorar la vida subacuática en un ambiente de fantasía. Esto no solo serviría para el estudio de la vida marina y el desarrollo del arrecife, sino que también como medio para la obtención de beneficios, que estarían destinados al desarrollo de las islas y sus gentes. Con programas, cursos y aventuras de buceo se buscará un turismo sostenible pero sólido que de empleo a los pequeños negocios y reavive la economía de las gentes populares. De la misma forma se intenta fomentar el interés por el medio acuático de los más jóvenes con esperanza de que se formen en la natación y evitar así los problemas de las gentes locales con el nado.
La pieza está pensada para que al pasar varios meses la vida marina vaya aflorando y afincándose en toda su estructura, de forma que ese cree un nuevo ecosistema de coral que ayude a la conservación de la vida marina. Además, se crea de manera que los buceadores puedan introducirse en ella y explorar la vida subacuática en un ambiente de fantasía. Esto no solo serviría para el estudio de la vida marina y el desarrollo del arrecife, sino que también como medio para la obtención de beneficios, que estarían destinados al desarrollo de las islas y sus gentes. Con programas, cursos y aventuras de buceo se buscará un turismo sostenible pero sólido que de empleo a los pequeños negocios y reavive la economía de las gentes populares. De la misma forma se intenta fomentar el interés por el medio acuático de los más jóvenes con esperanza de que se formen en la natación y evitar así los problemas de las gentes locales con el nado.
La estructura se hundió este verano y ya se empieza a ver florecer vida marina en él. Como documento gráfico que nos hace más fácil la experiencia, el director Británico Rob Sorrenti estrenará próximamente un documental de todo el proceso de trabajo, las ideas que subyacen en él y cómo ha cambiado la pieza. Como adelanto tenemos un vídeo del propio Owen Buggy de la realización y el hundimiento de la pieza.
Si bien es cierto que este proyecto es fascinante por su original idea del hundimiento mediante un gran monstruo marino, hallamos piezas de arte convertidas en arrecifes desde hace milenios. Como ejemplo tenemos a los Guerreros de Riace que fueron hábitat para muchas especies en el mar mediterráneo desde la época clásica. En este caso sin embargo, no fue por una acción deliberada. Los dos guerreros realizados en bronce fueron encontrados a escasos 300 metros de la costa de Riace, Italia, el 16 de agosto de 1972 por un submarinista aficionado por pura casualidad. Llevaban allí sumergidos desde el siglo V.a.C. aproximadamente, cuando se estima que fueron creados. Aunque hay varias teorías sobre su naufragio. Pertenecen, en cuanto al estilo artístico, a la transición de la época arcaica a la clásica. Han perdido la sonrisa arcaica y van tomando postura de contraposto, liberándose de la hieraticidad. Pero aún se ven rasgos robustos y sin pulir. Las estatuas aparecieron recubiertas de acumulaciones calcáreas, restos de conchas y demás microorganismo y sustancias que las circundaron durante su sumersión, habiendo sido hábitat marino para muy diversas especies.
Si nos centramos en las instalaciones artísticas sumergidas intencionadamente encontramos una cerca nuestro. Y es que desde enero del año pasado crece en las costas de Lanzarote un arrecife sobre las esculturas del artista Jason DeCaires Taylor. Se trata del tercer museo subacuático del artista después del Parque Subacuático de la isla caribeña de Granada y el Museo Subacuático de Esculturas (Musa) de Cancún, México. El espacio escultórico ocupa una superficie de 2.500 metros cuadrados a 15 metros de profundidad. El artista creció entre Europa y Asia, debido a la procedencia de sus padres y dedico gran parte de su infancia conocer arrecifes de coral en Malasia. En 1998 de graduó en el Londo Institute of Arts y más tarde se convirtió en instructor de buceo y fotógrafo subacuático. Es esa mezcla de arte y mar la que le ha llevado a realizar este tipo de proyectos. Quiere con su trabajo llamar la atención a la par que ayudar a la conservación de los medios marino frágiles. Las esculturas están hechas a partir de moldes de personas reales de la isla. Con esos moldes se han realizado las esculturas en cemento de primera calidad que garantiza su duración en 300 años bajo el mar, sin emplear elementos metálicos ni corrosivos nocivos para el entorno donde están situadas. En un año la vida ya ha empezado nacer en las esculturas dejandos imagenes como las que vemos en este vídeo.
Subido por: Nerea Illana Diez.
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